La ciudad de Manizales en Colombia, presenta entornos vulnerables a amenazas tales como inundaciones, deslizamientos y terremotos; particularmente en el año 2003 se registraron significativas pérdidas humanas y materiales en la ciudad debido a la ola invernal. Para esta época, se observó que las organizaciones encargadas de la atención de emergencias concentraron sus esfuerzos en responder a las necesidades de índole material de las comunidades, faltando en el mediano y largo plazo, el apoyo para superar las afectaciones emocionales de los afectados.